Los cuentos del Chiribitil continúan
Por Karina Micheletto (En el diario Página 12)
Entre los que rondan los 40, seguro hay muchos que los tienen como un recuerdo vivo de infancia: ese día en que papá o mamá pasaban por el kiosco y llegaban a casa con un nuevo libro, una nueva historia y un nuevo mundo de dibujos con olor a tinta fresca. Eran Los cuentos del Chiribitil, aquella colección de Centro Editor de América Latina que fue de avanzada en su edición y contenidos, al tiempo que popular en su acceso, de bajo costo y distribuida en los kioscos de todo el país. También es posible que quienes hayan logrado conservar aquellos tesoros protagonizados por el odo Nicolodo, el escarabajo Carabás, la gata Negrita o El señor Viento Otto los estén leyendo hoy con sus hijos, ya amarillos y con rastros de sucesivas capas de cinta entre sus páginas despegadas. Pues bien, los Chiribitil han regresado, tan frescos como entonces, en una reedición de Eudeba que puede considerarse facsimilar, ya que respeta el formato y el diseño de los originales. Los diez primeros cuentos ya están a la venta, continuando además aquella política de bajo precio (salen 45 pesos, un costo inferior al de cualquier edición actual de esta calidad), y han despertado el entusiasmo nostálgico de los fanáticos de entonces: ¡Nicolodo vuelve!
En la colección de cuentos infantiles que en 1977 lanzó el CEAL y que ahora reedita Eudeba, hay textos de Graciela Montes (directora de la colección, junto a Delia Pigretti), Laura Devetach, Graciela Cabal, Martha Mercader, Marta Giménez Pastor, Margarita Belgrano. Y hay ilustraciones de Tabaré, Julia Díaz, Clara Urquijo (que firmaba como Mandú), Claudia Alché, Ayax Barnes. La importancia dada a la ilustración fue uno de los rasgos de avanzada de la colección. “Los autores de los textos y los ilustradores figuraban por primera vez juntos en la tapa, sin que se aclarase quién era quién. Y además se reservaba la doble página central exclusivamente para un dibujo, que revelaba detalles que quizá no estaban en el cuento. Aquél fue un primer paso para el libro álbum”, describe la abogada especialista en derechos de autor Violeta Canggianelli. Ella fue la entusiasta admiradora de Los cuentos del Chiribitil que llevó la idea de la reedición a Eudeba, y la que se dedicó a ejecutarla, con trabajo de hormiga y paciencia de araña, a lo largo de dos años…»
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