Pipo Pescador, una amistad que perdura
Marta Giménez Pastor fue trovadora de la niñez, constructora de finas arquitecturas de fantasía. Perdurará como escritora, educadora y persona de exquisita sensibilidad. Su poesía se ocupa de la sencilla epopeya de las jirafas que buscan un traje a su medida, de los duendes que hacen cosas sin ton ni son, de la naturaleza que teje y borda o de las parejas de ratones que viajan en tranvía. Todo es atemporal y mágico, en armonía con el prodigioso caos que es la infancia. Original y culta, esta destacada personalidad de las letras argentinas incursionó también en la literatura para adultos y configuró una sólida obra, no exenta de ironía. En lo personal, yo fui honrado por ella con una larga y cálida amista que se extendió hasta los últimos momentos de su vida.
(Palabras de su amigo, de nuestro amigo, poeta, cantautor, escritor y director de teatro Enrique Fischer, más conocido como Pipo Pescador Declarado Hijo Ilustre de Gualeguaychú (Argentina) su ciudad natal, y Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, algunos de sus libros, como «María Caracolito» de 1997 que trata sobre una niña con Sindrome de Down, han sido declarados de Interés para la Humanidad por la UNESCO. Pipo fue un amigo incondicional de Marta y estuvo con ella hasta el último momento. Los unió una amistad de 30 años y que sigue cariñosamente con sus hijos.
Más sobre la obra y la vida de Pipo consultar: http://www.pipopescador.com.ar/